La crisis de la COVID-19 ha impactado en muchos sectores económicos y también en el sector inmobiliario, un sector que hasta el momento de la pandemia estaba al alza por lo que respecta a los precios tanto de compra como de alquiler. La pregunta es, a la luz de la actual situación económica, ¿cómo evolucionarán los precios de la vivienda durante el 2021?. Intentamos explicarte qué factores influirán en esta evolución y cómo.
Contexto económico debilitado
Algunas las principales consecuencias de la crisis sanitaria han sido las restricciones relacionadas con la movilidad, el comercio y el ocio, medidas que han impactado especialmente en sectores laborales como la restauración y el turismo, mandando a miles de personas a una situación de ERTE o desempleo, y situando la tasa de paro en un 16% a cierre del 2020, tres puntos más que el mismo trimestre del año anterior. En un mercado que regula su precio en base a la oferta y la demanda, es fácil prever que esta situación, que afectará ambas partes, mandará a la baja los precios de la vivienda, situándola entre un 3 y un 7% más económica, en especial en grandes ciudades como Madrid y Barcelona. Por un lado, este contexto incierto está disminuyendo la demanda hasta encontrar mejores perspectivas económicas. Por otro lado, se está observando un aumento de oferta al derivar los pisos destinados al turismo al mercado convencional.
Endurecimiento de condiciones hipotecarias, consecuencias para el alquiler
Este contexto económico debilitado está trayendo consigo una consecuencia que ya se esperaba en el sector bancario y que viene con la lección aprendida de la pasada crisis económica del 2008. Se trata de un endurecimiento de las condiciones de acceso a financiación para protegerse de posibles impagos. Este hecho afectará a los colectivos más inestables, en especial a los jóvenes, que han sido y seguirán siendo, debido al inestable mercado laboral, el grupo más penalizado, hecho que derivará parte de esta demanda al mercado de alquiler.
El mercado de alquiler, por tanto, está viviendo una evolución distinta sobre todo en las grandes ciudades (que es allí donde se acumulan más demanda de empleo), y no se esperan bajadas de precios, sino al contrario, una leve subida como consecuencia de este trasvase de colectivos que ven en la opción de alquiler una alternativa más económica de vivir. En este sentido, el coliving y el cohousing, nuevas modalidades habitacionales, están siendo tendencia en la actualidad y están poniendo el foco en las alternativas de alquiler, abriendo nuevas posibilidades de inversión en el sector inmobiliario.
Tendencia desigual según ubicación territorial
Esta situación de precios a la baja no afecta por igual todas las ubicaciones y ciudades. El cambio de paradigma habitacional que estamos viviendo como consecuencia del teletrabajo, que ofrece la posibilidad de trabajar incluso en lo que hasta ahora eran consideradas segundas residencias, y el miedo a un nuevo confinamiento está afectando la demanda en las grandes ciudades. Ahora, muchos núcleos familiares están priorizando espacios exteriores y compartidos, y eligen las zonas de la periferia urbana bien conectadas con la ciudad como lugar para establecer su residencia, puesto que es en estas ubicaciones donde existe mayor oferta de este tipo de viviendas y donde la relación calidad-precio es más asequible.
Este fenómeno de “expulsión” que están viviendo las grandes ciudades está generando oportunidades de inversión en ellas, en especial por lo que respecta a viviendas de segunda mano, pero manteniendo, o incluso alzando, los precios de las viviendas situadas en los anillos urbanos.
¿Qué pasará en el futuro?
Hay tres aspectos que los distintos expertos tienen en cuenta para analizar la evolución de precios del sector inmobiliario: la vuelta del turismo, la recuperación progresiva de inversiones extranjeras y la vacunación. Pero, en palabras de Vicenç Hernández Reche, nuestro CEO: “Hay un consenso social que nos dice que la salida de la crisis económica dependerá de la vacunación y la recuperación progresiva de los trabajadores en ERTE, pero hay que tener en cuenta que hay muchas empresas pasando una situación complicada y, cuando los trabajadores vuelvan a su puesto de trabajo, igual este ya no existirá”.
La recuperación económica, pues, se prevé lenta, manteniendo precios a la baja durante 2021 y recuperando parte del pulmón inmobiliario para 2022.