Actualidad

La acreditación de la formación en el sector inmobiliario, eje de la reputación profesional

31 Ene 2018 | Blog

La necesidad de la formación

Hablar hoy en día de la importancia de la formación en cualquier actividad profesional es una obviedad. De la misma manera, no descubriremos nada nuevo al hablar de los beneficios que esta formación genera en contrapartida, no solamente a los propios profesionales, sino también para las organizaciones y clientes a los que prestan sus servicios. La capacitación profesional conlleva el desarrollo de conocimiento, actitudes, comportamientos y habilidades necesarias para realizar de forma eficiente una actividad profesional.

 

Pero a pesar de ser un tema aceptado de manera generalizada y tal y como decimos, algo bastante obvio, en nuestro país todavía nos encontramos con una realidad práctica muy desviada de los postulados teóricos. Muchos profesionales consideran importante la formación como motor de arranque para su desarrollo profesional, aunque esta formación sea la adquirida con la práctica diaria y el ejercicio práctico de la profesión. Pero estos mismos profesionales desestiman una formación teórica de base por la sencilla razón que es una inversión en tiempo y dinero que mientras no sea un requisito obligatorio, no genera rendimientos en el corto plazo.

 

En este articulo, pretendemos llamar la atención sobre la imperiosa necesidad de la formación y la posterior capacitación de todos los agentes que intervienen en la mediación y el asesoramiento dentro del sector inmobiliario, tanto para prestar cada día un servicio más eficiente a sus clientes y por tanto a las empresas y organizaciones en las que prestan sus servicios, como para prestigiar una profesión que a ojos de la sociedad se mueve al son de las modas de establecimiento de negocios a pie de calle.

 

El posicionamiento de la profesión de asesoramiento y mediación inmobiliaria ha de alejarse de la actual visión de negocio fácil al que cualquiera puede acceder tras cumplir ciertos requisitos administrativos. La trascendencia de la profesión y las consecuencias patrimoniales, tanto económicas como financieras, que puede tener para los clientes de un mal ejercicio de la profesión merecen un especial cuidado a la hora de seleccionar los profesionales que formarán parte del colectivo.

 

Esta capacitación profesional debe estar acreditada desde las instituciones nacionales y europeas para poder gestionar de manera más eficaz la regulación de la profesión en sus diferentes niveles de actuación.

 

La formación inmobiliaria

 

Sin ánimo de ser exhaustivos y elaborar un catálogo con toda la oferta de formación disponible en el sector en nuestro país, abordaremos de forma global la situación de la misma. Constatamos que no existen itinerarios de formación oficial que sirvan para acreditar a los profesionales inmobiliarios, y se caracteriza, en general, por su atomización tanto en lo que se refiere a las distintas especialidades (jurídica, tecnológica, comercial, financiera, etc), como en el ámbito de la aplicación de la actividad profesional (agente de la propiedad inmobiliaria, administrador de fincas, promotor, etc).

 

Existe una formación reglada oficial, esencialmente de nivel superior, que coincide con la universitaria en sus diferentes niveles (graduado, máster, etc) de cada una de las especialidades. En ocasiones, esta formación de titulación universitaria toca aspectos genéricos de diversas especialidades sin profundizar en un área concreta de actividad profesional. Pero en definitiva, resulta difícil encontrar una formación transversal que desarrolle especialistas de amplio espectro en el sector.

 

Si analizamos la oferta formativa a un segundo nivel, dicha formación oficial es prácticamente inexistente si dejamos al margen declaraciones formales de algunos convenios colectivos del sector con el fin de capacitar los diferentes tipos de puestos de trabajo de las empresas. Esta formación oficial difícilmente está teniendo el desarrollo práctico como formación profesional para facilitar la contratación de profesionales formados para el sector inmobiliario. Las empresas inmobiliarias, precisan contratar gestores, captadores, vendedores y administrativos con conocimientos sólidos sobre su sector, que les proporcionen las aptitudes necesarias para el desarrollo de sus funciones.

 

Finalmente, en el mercado de la formación inmobiliaria, existen numerosas entidades y formadores que facilitan a menudo formación no reglada a un gran número de agentes que trabajan en el sector. Dicha formación, frecuentemente no sigue un patrón orientado – dentro de un itinerario definido – a la formación integral de un técnico o especialista inmobiliario.

 

La formación de los profesionales del primer eslabón empresarial de la mediación, la gestión y la administración inmobiliaria.

 

De acuerdo con lo indicado, no existe en nuestro país una ordenación especifica de la formación de los profesionales inmobiliarios, especialmente en materia de técnicos de mediación, gestión y administración inmobiliaria, tendente a garantizar a empresas y consumidores que estos profesionales tienen la capacitación necesaria para prestar los servicios que les son propios.

 

La relevante dimensión del mercado inmobiliario del país, con un peso relevante en sus cifras macorecómicas, genera un importante mercado de trabajo que precisa cada vez más disponer de técnicos inmobiliarios mejor capacitados y con una acreditación de prestigio que garantice a sus clientes la transparencia y buen hacer profesional.

 

Por ello, en nuestra opinión, seria preciso disponer de una acreditación profesional, real – eficaz y eficiente – que realmente garantice la correcta y estricta formación de la mayoría de los empleados del primer eslabón de las empresas inmobiliarias, otorgándoles la capacitación precisa para su desarrollo profesional, y con plenas garantías profesionales, operativas y éticas para sus clientes. Para que ello sea eficaz, real y no solo nominal, resulta imprescindible que exista complicidad y colaboración entre las empresas inmobiliarias y los centros de formación acreditados, así como un ente independiente que regule, supervise y controle el buen hacer de los profesionales acreditados cuidando de la reputación de la certificación.

 

Esta formación profesional inmobiliaria debe ser, junto la vía de la formación universitaria, la puerta de acceso a la certificación profesional inmobiliaria, que debe tener el reconocimiento de todos los actores del sector inmobiliario: administraciones, empresas y consumidores.

 

 

Las certificaciones profesionales

 

Las certificaciones profesionales miden competencias y conocimientos basándose en programas basados en el ejercicio profesional. Son evaluados por comités independientes y son otorgadas por entidades reconocidas en el mercado sin orientación comercial.

Las certificaciones profesionales nacen con la idea de convertirse en estándares del ejercicio profesional. La diferencia con las titulaciones académicas es que las certificaciones no son de por vida; una vez obtenidas se debe garantizar al menos bienalmente que se ha realizado la suficiente formación continua para mantenerse actualizado profesionalmente.

 

Estas certificaciones profesionales están basadas en datos reales de lo que constituye la práctica de la profesión.
Los exámenes para la obtención de las certificaciones se basan en el análisis del puesto de trabajo, están vinculados a las necesidades de desempeño y son apropiadas para la industria de servicios propios del sector.Los programas de contenidos exigidos para los exámenes, son comunes en todo el territorio de aplicación.Las certificaciones ofrecen una serie de ventajas para los profesionales que las poseen:

– Ampliación permanente de sus conocimientos para progresar profesionalmente.
– Avanzar en la calidad de servicio y en la satisfacción y fidelidad de los clientes.
– Adquisición de prestigio profesional y para su contratación.
– Adaptación a las presentes y futuras exigencias regulatorias de cualificación profesional.

 

Las certificaciones profesionales, implican para el alumno/profesional:

– Estar previamente en posesión de una titulación que acredite los conocimientos necesarios mínimos para acceder a la formación propia de la certificación.
-Carecer de antecedentes penales por delitos dolosos, no haber sido objeto de expulsión en colegio o asociación profesional y no habérsele impuesto sanción firme por infracción grave.
– Acreditar experiencia – en unos casos a priori y en otros a posteriori – en el sector.
– Desarrollar la actividad formativa propia de la certificación: formación presencial, autoestudio y exámenes de conocimientos.
– Firma del código ético y/o declaración de honorabilidad.
– Aportar con la periodicidad que se determine los certificados de formación continuada acreditada.

 

A título de ejemplo, nos referiremos a la certificación EFPA, que acredita y certifica a los profesionales de la asesoría y planificación financiera personal en toda Europa. Esta certificación, resulta preceptiva para todos aquellos profesionales del sector financiero que realicen esas funciones, tanto por cuenta ajena como por cuenta propia.
EFPA, establece cuatro categorías de profesionales certificados :

 

-European Investment Assistant. Reconoce la cualificación necesaria para ofrecer información de acuerdo a las directrices de ESMA y a los criterios que éstos establecen sobre conocimientos y competencias para proporcionar información en materia de inversión.

– European Investment Pratitioner. Reconoce la cualificación necesaria para ofrecer asesoramiento habitualmente puntual, de acuerdo a las directrices de ESMA y a los criterios que éstas establecen sobre conocimientos y competencias para asesorar en materia de inversión.

– European Investment Advisor. Certifica la idoneidad profesional para ejercer tareas de consejo, gestión y asesoría financiera a particulares en banca personal o privada, servicios financieros orientados al cliente individual y cualquier función profesional bancaria, de seguros o independiente, que implique la oferta de un servicio integrado de asesoría patrimonial y financiera.

– European Investment Planner. Certifica la idoneidad profesional para ejercer tareas de planificación financiera personal integral de alto nivel de complejidad y volumen.

La certificación inmobiliaria europea, una necesidad de capacitación de los técnicos del segundo eslabón del sector inmobiliario

En nuestra opinión, del mismo modo que existe EFPA en el sector financiero y asegurador, resulta necesaria la certificación de los profesionales inmobiliarios a nivel Europeo.

Deberían certificarse todos aquellos profesionales inmobiliarios de cuya actuación profesional sin la capacitación adecuada se puedan derivar perjuicios para los consumidores, y por ende, generar un riesgo reputacional que pueda afectar a todo el sector. Por tanto, debe plantearse el alcance que debería darse a dichas certificaciones mediante un itinerario para cada una de las posiciones tipo en las empresas inmobiliarias que posibiliten el crecimiento profesional de los profesionales certificados.

 

A nuestro entender, deberían establecerse diversos niveles competenciales, con una certificación tipo para cada una de ellas. A modo de mero ejercicio teórico y a falta de una nomenclatura técnica determinada, sugerimos fijar tres niveles competenciales:

– Nivel Superior. Seria el gestor que acredite su capacitación para dirigir empresas inmobiliarias, en el más amplio sentido y por ende con amplia y contrastada experiencia y amplios conocimientos de gestión, tecnología y normativa reguladora de los distintos servicios inmobiliarios.
– Nivel Medio. Seria el especialista que acredite su capacitación para dirigir departamentos y/u oficinas inmobiliarias, con experiencia y conocimientos de gestión, tecnología y normativa reguladora de los servicios inmobiliarios de su especialidad.
– Nivel Básico. Seria el especialista que acredite su capacitación para asesorar a clientes, con experiencia y conocimientos de operativa, tecnología y normativa reguladora necesaria a cerca de los servicios inmobiliarios de su especialidad.

 

Cada nivel deberá tener pues, una serie de materias obligatorias necesarias, según criterio del ente certificador, que posibiliten el buen ejercicio de su profesión y gatanticen al mercado que ese profesional está dotado de las herramientas competenciales para dar el mejor servicio a sus clientes.

 

La formación continuada

La formación continuada, es aquella que garantiza el mantenimiento de los estándares de capacitación del profesional para continuar prestando sus servicios de forma eficaz para sus clientes, con conocimientos actualizados. Ello resulta más importante, si cabe, por la velocidad a la que circula hoy el “nuevo conocimiento”, especialmente el tecnológico, que obliga al reciclaje permanente de los agentes que prestan los servicios.

 

En determinados países de la UE, la acreditación de la formación continuada, es requisito imprescindible para que los agentes inmobiliarios mantengan su “licencia” operativa.

 

En profesiones como la Auditoría de Cuentas resulta imprescindible la acreditación de la formación continuada para poder continuar ejerciendo la profesión y por lo tanto facultado por el ROAC para realizar trabajos oficiales de auditoría y asesoramiento respectivamente, y poder disponer de la firma autorizada y responsable de los correspondientes informes.

 

Las certificaciones profesionales requieren también el reciclaje permanente de los profesionales certificados, para que aquellas continúen teniendo validez. Habitualmente, se solicita que estos justifiquen una formación acreditada con una dedicación lectiva – presencial u online – determinada a realizar en periodos bianuales.

 

En nuestra opinión, el reciclaje continuado, es un elemento clave también para los profesionales del sector inmobiliario, para que puedan prestar un servicio de alta calidad a sus clientes. Los contínuos cambios de normativa legal y fiscal inmobiliaria, motivados directamente por la Administración, y también indirectamente por los agentes sociales, obligan a ello. No olvidemos tampoco la evolución de las técnicas de comercialización, psicología del consumidor, ética profesional y sobre todo, el dinamismo de la tecnología, clave para hacer eficiente el servicio y además como instrumento diferencial de la competencia.

 

Por todo ello, sostenemos que resulta imprescindible que todos los profesionales del sector, una vez alcanzado el nivel de capacitación adecuado, deban necesariamente mantenerlo mediante formación de reciclaje debidamente acreditada y de nivel contrastado, mediante la oportuna certificación.

 

Conclusiones y recomendaciones

En nuestra opinión:

– En nuestro país, actualmente no disponemos de la formación homogénea precisa de técnicos inmobiliarios en cantidad y calidad.
– El sector inmobiliario, precisa de más y mejores profesionales bien formados y con conocimientos actualizados para prestar un adecuado servicio a los clientes.
-El sector inmobiliario necesita rigurosidad y transparencia que permita una mejor reputación a los profesionales que cumplan con los requisitos de la acreditación pertinente.
– Es necesario en el país el desarrollo eficaz de la formación del primer eslabón profesional inmobiliario, como instrumento previo de la capacitación del personal de base del sector.
– Es preciso a nivel europeo, disponer de la certificación de técnicos inmobiliarios, como instrumento de regular el mercado de trabajo y de servicio al consumidor.
-La formación continuada de todos los profesionales inmobiliarios es imprescindible para garantizar la mejora constante de un servicio de vital importancia para la mayoría de familias.

 

Los autores nos daríamos por satisfechos si de la lectura del presente articulo, hubiésemos generado interés por parte de los profesionales sobre como mejorar su capacitación y que asuman que ello no se circunscribe a una formación puntual o la obtención de una titulación o acreditación, sino a un proceso continuado de formación a lo largo de toda su vida profesional. Asimismo, que los organismos “ad hoc” europeos y de las administraciones de los diferentes países, empiecen a considerar la necesidad de esta acreditación como uno de los instrumentos para prestar un servicio profesional de calidad a los consumidores, sin los cuales los derechos de estos quedaran de forma efectiva en entredicho.

 

Pese a que en el presente artículo hemos hecho mención expresa a los profesionales de la mediación y asesoramiento, nuestra propuesta de certificación debería abarcar de forma amplia otros colectivos profesionales relacionados con el sector y que en la práctica son actividades complementarias para un mismo cliente final.

 

Vicenç Hernández / Economista. Doctor en Psicología Económica
Josep Lluis Pellicer / Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales. Licenciado en Derecho