Comprar una vivienda en España siendo una persona extranjera se ha vuelto mucho más accesible y eficiente gracias a las nuevas herramientas tecnológicas aplicadas al sector del real estate. Además, la pandemia del coronavirus aceleró el crecimiento de este tipo de tecnología aplicada a la intermediación inmobiliaria y normalizó su uso, por lo que en estos momentos es cada vez más habitual. En este post analizamos las claves de esta clase de operación.
Investigación online
Utilizar plataformas inmobiliarias en línea que ofrecen una amplia gama de propiedades en diferentes regiones de España. Estas plataformas proporcionan descripciones detalladas, fotografías y, en algunos casos, visitas virtuales de las propiedades, lo que permite obtener una visión más clara de las opciones disponibles sin tener que desplazarse físicamente.
Recorridos virtuales y 3D
Las visitas virtuales y los recorridos 3D son una herramienta valiosa para los compradores extranjeros, ya que permiten explorar una propiedad en detalle desde cualquier lugar del mundo. Ahora ya pueden «caminar» por la vivienda, examinar los detalles de cada habitación y tener una idea más precisa de su distribución y características.
Asesoramiento en línea
Gracias a las herramientas de comunicación en línea, se puede recibir asesoramiento personalizado de agentes inmobiliarios y expertos en el mercado español sin necesidad de estar físicamente presentes. Cualquier persona puede programar videollamadas con agentes para que muestren propiedades, respondan sus preguntas y le guíen durante todo el proceso de compra.
Firma electrónica y trámites digitales
Las firmas electrónicas han revolucionado la forma en que se realizan los contratos y trámites legales. Ya se pueden firmar documentos de manera segura y legal en línea, lo que agiliza el proceso y reduce la necesidad de enviar documentos físicos o viajar a España para concretar la transacción.
Seguridad y transparencia
Las tecnologías como blockchain se están implementando para garantizar la seguridad y transparencia en las transacciones inmobiliarias. Esto ofrece una mayor confianza a los compradores extranjeros al asegurar que la información de la propiedad sea precisa y esté protegida.